Tantas noches en vela sin poder pegar ojo, mientras ella me rondaba los pensamientos.
Tantas caras que te puse, sin saber cual de ellas era la correcta..
Pero sorprendentemente una noche, la visión dejó de ser turbia como de costumbre, me sorprendía la nitidez de todo aquello, pretendía descubrir por fin el rostro de esa chica que noche tras noche se aparecía y dejaba su aroma impregnado en mi piel.
Pensé bien que mis ojos se habian habituado a la oscuridad. Esta vez, no le temía a nada, aunque me encontrase solo en aquél bosque tenebroso, donde miles de ojos observaban atentos mis pasos. Mi mente estaba únicamente centrada en destapar la verdad.
Cuando oí sus pasos, pensé que este sería el tan esperado día, pero un rápido amanecer me cegó, dejandome ver solo su esbelta silueta, llena de curvas que moría por recorrer.
08:36, todo vuelve a empezar..
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