Lo daria todo por aquellas personas que lo dieran por mi, pero.. No estoy dispuesto a morir en vano, no, ni hablar.
Tengo demasiados rasguños por tropezar, ¿piedras? Más que eso; montañas, esas que parecian tan pequeñas a lo lejos, pero una vez que te acercas y te ves cara a cara con ella, te das de frente. Y caes, caes muy profundo, donde nadie puede oirte gritar, donde nadie puede verte, donde nadie te echa de menos.
Intentas escalar, salir de aquel lugar, pero las paredes son muy resbaladizas, las cicatrices dificultan tu salida, las enrededaderas de aquel lugar te retienen, te atrapan, te mantienen en la más profunda penumbra..
Pero, una mano asoma, una mano que ocupa el terreno que no podemos avanzar solos, una mano llena de cicatrices.
La duda me embarga, ¿por qué de esas cicatrices?, una suave voz sale de aquel rostro oculto - Yo estuve en tu lugar -.
Miré hacia la salida del foso, me levanté, con todas mis fuerzas luche por salir de aquel lugar, necesitaba saber quien era aquella persona que ocultaba su rostro tras un largo y atezado cabello..
Mi mano agarró la suya con fuerza, y juntos salimos del foso. Esta vez si, vi como un ardiente atardecer bañaba su cabello oscuro, su rostro; suave cómo el de una pluma, pero.. No pude quitar ojo a una cosa, algo que atravesó mi pecho desnudo.. Aquella mirada, tan hermosa, con tanta fuerza, con tanta.. Esencia.
De este momento y en adelante, viví mi vida de otra manera, sabiendo que si alguien con tantas cicatrices de guerra, era capaz de seguir con aquella llama interior, yo también podría.
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